¿Alejandro Magno o Alejandro el Aniquilador?

martes, 11 de marzo de 2014

El origen de un imperio 


Alejandro III de Macedonia: ¿Alejandro Magno o Alejandro el Aniquilador? En Grecia es un héroe. En Oriente es un tirano, lo llaman “Iscander” el asesino, el aniquilador; un monstruo. Conquista el mundo conocido, transgrediendo todos los preceptos morales, pero no queda claro lo que le empuja a hacerlo. ¿Genio militar o asesino psicópata? A marchas forzadas guía a su ejército por el desierto, mata a su mejor amigo borracho, crucifica a 2000 personas que le llevan la contraria; e incluso el asesinato de su padre. Las fuentes presentan diversos Alejandros: el general carismático, el vividor, el megalómano o el asesino. Si cuesta entender quién es Alejandro, es porque se escribió de él después de 400 años.

Fijémonos en sus inicios

Las figuras de sus padres son la clave. Admira a su padre por ser un héroe militar, pero ante la falta de este es su madre la que gana importancia para él. El asesinato de Filipo por Pausanias, un guardaespaldas, llevo a Alejandro a llenar de oro su tumba, más que otro rey macedónico. Tras hacerse con el trono debido a las “muertes extrañas” de su hermano y mujer (que huelen a asesinato) la ciudad de Tebas se revela. Alejandro, sin pensarlo, corre a solucionarlo. Gracias a un avance técnico armamentístico, basándose en este caso con el uso de la balista, le es posible avanzar tras las murallas de Tebas. Desde entonces nadie estaba a salvo del azote del ejército de Alejandro. Más de 6000 personas asesinadas. Tras su aspecto de niño bueno, existe un hombre sin escrúpulos, así lo demuestran los 30.000 supervivientes que son vendidos como esclavos en Tebas después de la matanza.

Rompe con los esquemas

La guerra de Persia, comienza con la batalla del Río Gránico en la que aniquila a 3000 soldados y vende como esclavos a 2000, demostrando así, que nadie puede llevarle la contraria. Los persas están a la defensiva. Tras apoderarse de Turquía, sorprendentemente no va a los puertos de Oriente antes de que sean fortificados, aunque esa fuera la estrategia más lógica. Él va a Gordio, al norte, debido a la leyenda del nudo Gordiano, según la cual quién soltara el nudo que Gordias ato como ofrenda a Zeus por su coronamiento como rey de Frigia, conquistaría el Mundo y sería rey de Persia y señor de toda Asia . El nudo resultaba ser un nudo complicadísimo que juntaba la lanza y el yugo del carro de Gordias. Sus cabos se escondían en el interior dificultando aún más la tarea, pero cuando Alejandro tuvo que enfrentarse al nudo, simplemente lo examino y en vez de desatarlo cuidadosamente lo cortó directamente. Esta sería la típica resolución de Alejandro; atacar los problemas de raíz, en general blandiendo un arma



Carácter, victorias y objetivos

De esta forma Alejandro va forjándose su propia leyenda. Yo juego con mis propias reglas; ¿desatar nudos? Eso es para fusilamines. La brutalidad de Alejandro, conmociona a toda Asia. Dicha consternación y temor, hacen que muchas ciudades se sometan a Alejandro en vez de arrastrar la derrota. Alejandro se considera especial, masacra a sus adversarios como ejemplo al resto del mundo. Tras tres años de contienda, el Imperio Alejandrino ocupa 625.000 km cuadrados… Y él solo tiene 23 años.
Su siguiente objetivo: Egipto. Liberándolo de los persas, Egipto acoge a Alejandro como un libertador y lo corona faraón. Para él, Egipto tiene algo especial. Y comienza una búsqueda a un oasis perdido, oasis de Siwua. Lugar sagrado del Oráculo de Amón. Intenta acallar las acusaciones del asesinato de su padre y así lo logra. 

Su siguiente objetivo: Egipto. Liberándolo de los persas, Egipto acoge a Alejandro como un libertador y lo corona faraón. Para él, Egipto tiene algo especial. Y comienza una búsqueda a un oasis perdido, oasis de Siwua. Lugar sagrado del Oráculo de Amón. Intenta acallar las acusaciones del asesinato de su padre y así lo logra. Su siguiente objetivo: ¿llegaré a conquistar el mundo entero? Un sacerdote le dijo en griego una vez en Egipto "O querido hijo", pero al hablar un griego un tanto malo, pronunció por equivocación: "Oh hijo de Dios". Así Alejandro partió de Siwua creyéndose un Dios. 

Oye lo que quiere oír y cree lo que quiere creer. Su ego no conoce límites. 
Todo esto alimento su narcisismo, narcisismo que trato de difundir a todo el mundo que le rodeaba.



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